Hoy he decidido tirar de frente sin mirar
atrás.
Literalmente y en furgoneta.
Me he llevado por delante tres ancianas,
dos sueños, siete enanitos,
un pandemónium signifique lo que signifique,
un par de sensaciones de incomodidad,
cuatro perros lazarillos que decidieron cruzar
sin mirar,
un corazón, varios cientos de miedos
y a la mujer de mi vida.
Desde el suelo me ha mirado inconsciente,
como quien dice que se muere y luego va,
y sólo se desmaya.
Creo que ha dicho que me quiere.
Una vez desmayada, claro está.
Yo creo que así tiene más valor,
seguro que despierta se lo ha dicho
antes a cientos de chicos.
He dejado todo, me he lanzado al vacío
y le he confesado que es la mujer de mi vida
aunque ella todavía no lo sepa.
Ahora mira hacia lo alto y encuentra mis ojos.
Hola, no sabes quién soy, te he atropellado.
Sé quién eres. ¿No ves que soy de ese tipo de
chicas
que decide tirar al frente echando de vez en
cuando
un vistazo hacia atrás?
Lo hago por si viene alguien que me interesa,
poder dar un frenazo para que me atropelle.